El empresario a menudo es visto de diferentes maneras: algunos lo consideran como el lobo que debe ser abatido, otros como la vaca que se puede ordeñar y solo unos pocos lo ven como el caballo que tira del carro. Esta analogía ilustra las diversas percepciones que existen sobre los empresarios. Algunos pueden verlos como explotadores o depredadores, mientras que otros reconocen su capacidad para generar riqueza y progreso económico. Sin embargo, es importante recordar que no todas las percepciones son necesariamente precisas o justas, y cada individuo puede tener su propia opinión sobre el papel y la importancia de los empresarios en la sociedad.